Chile enfrenta un alza significativa en los casos de #hipertensión, una preocupación respaldada por datos recientes de la World Health Organization que revelan que un 80% de los afectados mundialmente carecen de tratamiento adecuado. Este mal, que afecta al 36% de los chilenos, superando la media global del 33%, plantea un desafío mayúsculo al sistema de salud del país, especialmente considerando que solo el 34% de los pacientes tratados logra controlar su condición. Factores como una dieta alta en sal y azúcar y una creciente cultura de sedentarismo agudizan la problemática. Frente a esto, la implementación de estrategias robustas de "Educación Sanitaria", que informen y empoderen a la población sobre los riesgos de la hipertensión y la importancia de hábitos saludables, se hace imprescindible. Además, desde el gobierno, es crucial fortalecer y formular políticas que fomenten la disminución del consumo de sustancias perjudiciales y que potencien la atención primaria en salud, facilitando diagnósticos tempranos y asegurando el acceso a tratamientos esenciales. En este contexto, Chile se encuentra en un punto de inflexión, donde las acciones actuales podrán, con esfuerzo colectivo, revertir esta preocupante tendencia y mejorar la salud de sus ciudadanos.