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  • 09 de 05 del 2024

"Fentanilo en #México: Entre el Crimen Organizado y la Salud Pública"

La problemática del fentanilo en México, un potente opiáceo cuyo tráfico ilícito ha fortalecido al crimen organizado y creado un problema de salud pública, se encuentra en un punto crítico. Recientes esfuerzos de las autoridades estadounidenses han resultado en una disminución significativa de las exportaciones ilícitas de fentanilo desde México, con un aumento notable de más del 400% en decomisos en comparación con el año fiscal 2020.

Esta disminución en las exportaciones sugiere que el fentanilo podría aumentar su circulación y consumo dentro de México. Dado que los mercados ilegales de drogas se rigen por la oferta y la demanda, un excedente de fentanilo en México podría resultar en una mayor disponibilidad y posiblemente en un incremento de su uso a nivel nacional.

En México, el uso de fentanilo ha mostrado un crecimiento desde 2018, especialmente en ciudades como Mexicali, Tijuana, Ciudad Juárez, y San Luis Río Colorado. Sin embargo, las cifras oficiales parecen subestimar la magnitud del problema. La Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama) y la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) reportan un aumento en los tratamientos solicitados para la adicción al fentanilo y un incremento en las muertes relacionadas con su consumo.

La disparidad en las cifras oficiales, tanto en las muertes relacionadas como en los decomisos del fentanilo, revela una falta de coordinación y una metodología uniforme para medir la extensión del problema. Esto impide una respuesta efectiva por parte del gobierno federal y genera dudas sobre la magnitud real del desafío que representa el fentanilo tanto para la seguridad como para la salud pública en México.

Este escenario pone de relieve la necesidad de una estrategia integral que aborde tanto las raíces del tráfico ilegal de fentanilo como sus efectos devastadores en la salud pública. La lucha contra el fentanilo en México requiere no solo de esfuerzos de seguridad y control de drogas, sino también de una mayor atención a la prevención y tratamiento de la adicción, así como de un enfoque más efectivo en la recopilación y análisis de datos para entender y combatir este fenómeno complejo.